HABLEMOS DE HORMONAS

Las hormonas son químicos que circulan por el torrente sanguíneo y se dispersan por el cuerpo llevando mensajes y señales a las diferentes partes del cuerpo. La palabra hormona proviene del término griego hormao que significa “excitar”, refiriéndose a la manera en que cada hormona estimula o excita un parte específica del cuerpo. Hay más de 200 hormonas o sustancias hormonales en el cuerpo humano.  Algunas las producen las glándulas y otras las producen o las manejan otros órganos con tejido endocrino.

 

 

 

Hay 6 glándulas principales en el cuerpo:

1. Hipotálamo – Localizado en el cerebro y está sujeto a la Pituitaria por una estructura que parece un tallo.  Actúa como un centro de recolección de información de todo lo que concierne al bienestar interno del cuerpo.

2. Pituitaria – Es aproximadamente del tamaño de un guisante y está localizada justo detrás del tabique de tu nariz.  Se le conoce con frecuencia como la “glándula maestra” porque controla las funciones de otras glándulas.

3. Tiroides – Localizada en la parte del frente de tu cuello, cerca de la tráquea. Controla muchas funciones corporales como el pulso, la temperatura y el metabolismo.

4. Paratiroides – Son 4 glandulitas localizadas detrás de la tiroides.  Ellas procesan el calcio en tu cuerpo.

5. Adrenales – Como el nombre sugiere, estas glándulas están localizadas justo encima de los riñones.  Ellas producen hormonas esenciales para nuestra vida y que nos ayudan a manejar el estrés.

6. Pineal – Esta glándula pequeñita está localizada en la base del cerebro y produce la hormona melatonina, que nos ayuda a controlar el ciclo del sueño.

 

Estos son otros órganos del cuerpo que contienen tejido endocrino:

1. Riñones – Ellos controlan los niveles de fluidos y minerales en la sangre procesándola y removiendo todo el exceso de desperdicios y fluidos del cuerpo.

2. Ovarios – Además de almacenar los óvulos necesarios para la reproducción, los ovarios también producen las hormonas estrógeno y progesterona, necesarias para la menstruación y las características sexuales femeninas.

3. Testículos – Ellos producen las hormonas responsables por la producción de esperma y otras características sexuales masculinas.

4. Páncreas – Hay células en el páncreas que producen insulina y glucagón, hormonas que regula el azúcar en la sangre y proveen al cuerpo de su energía para funcionar.

DIABETES

La diabetes afecta a casi un 12% de la población de los Estados Unidos. Para entender la diabetes, debemos entender lo que es la insulina.  Es una hormona que produce tu páncreas y ayuda a mover el azúcar, o glucosa, a través de los tejidos de tu cuerpo.  Las células usan la glucosa como combustible. Cuando las células beta de tu páncreas no producen insulina o no pueden producir insulina suficiente o el cuerpo no puede usar la insulina adecuadamente, las personas desarrollan diabetes.

 

Existen 2 tipos principales de diabetes:

 

  • Tipo 1 – ocurre cuando tu páncreas no puede producir insulina.  Este tipo de diabetes es menos común y sólo un 5% de las personas con diabetes lo padecen.

 

  • Tipo 2 – ocurre cuando las células beta de tu páncreas todavía producen insulina, pero posiblemente no en las cantidades adecuadas.  Este es el tipo de diabetes más común y afecta al 90-95% de los 26 millones de personas con diabetes en los Estados Unidos.

 

También existe la Pre-diabetes, que es precursor de la Diabetes Tipo 2.  Es escurridiza y no presenta síntomas.  Si las personas se diagnosticaran más a menudo e hicieran cambios en sus estilos de vida – cambiando sus dietas, ejercitándose y manteniendo un peso saludable – posiblemente se evitarían problemas de salud más serios en el futuro.

 

También existe la diabetes de gestación, que solamente ocurre durante el embarazo.  Si la desarrollas, puedes dar a luz un bebé saludable si tu glucosa se mantiene bien controlada.  Y después que nazca tu bebé, es posible que dejes de tener diabetes.  Sin embargo, si tu placenta produce hormonas que hacen que haya una sobreacumulación de azúcar en tu sangre y tu páncreas no produce suficiente insulina para manejarla, debes recurrir al cuidado de un endocrinólogo.  Un endocrinólogo en un especialista que te ayudará a aprender a manejar esta condición de la mejor manera.

 

 

Cualquiera puede desarrollar diabetes.  La diabetes tipo 1 usualmente comienza en personas menores de 20 años.  La diabetes tipo 2 es más prevalente en personas mayores de 45 años, pero desgraciadamente, con el estilo de vida tan pobre que vivimos hoy día, la diabetes tipo 2 se está diagnosticando cada día en personas más jóvenes, incluso en niños.

 

Algunos de los factores de riesgo de la Diabetes Tipo 2 son:

 

  • Estar sobre peso u obeso
  • Tener historial familiar de Diabetes Tipo 2
  • No ejercitarse
  • Tener niveles bajos de colesterol HDL
  • Tener triglicéridos altos
  • Tener presión arterial alta
  • Las personas de descendencia Latina, Africano-americanos, Nativos Americanos y Asiáticos están más en riesgo

 

La única manera de saber si tienes realmente diabetes es haciéndote pruebas de diagnóstico.  La diabetes muchas veces se desarrolla sin síntomas claros, aunque muchas personas experimentan algunos de éstos, sin importar su tipo de diabetes:

 

  • Mucha sed
  • Boca seca
  • Orinar frecuentemente
  • Fatiga, debilidad o cansancio
  • Visión borrosa
  • Aumento del apetito, especialmente después de comer
  • Infecciones en la piel, del tracto urinario o vaginales frecuentes

 

No hay que temerle a la Diabetes.  Sin duda es una condición crónica y de seriedad, pero muchas personas tienen vidas largas y saludables.  La clave es mantenerse saludable manteniendo los niveles de azúcar en la sangre que tu doctor te recomiende.  Tendrás que verificarte la sangre con frecuencia y ajustar tu insulina, comida, medicamentos y tus actividades para  tener éxito.

 

El conocimiento te da poder y tú eres la persona más importante en tu equipo de cuidado de diabetes.  Tu endocrinólogo dependerá de ti y que le hables con honestidad  proveyendo información de tu cuerpo.  Además de un endocrinólogo, es posible que necesites otros profesionales de la salud en tu equipo, como un nutricionista, un oftalmólogo, podiatra, dentista y hasta un entrenador físico. Las implicaciones de no cuidar tu diabetes adecuadamente pueden ser serias y hasta ponen tu vida en peligro.  Muchas personas no caen en cuenta que cuando el azúcar en la sangre está descontrolado puede causar complicaciones serias como ceguera, amputaciones, enfermedades cardiacas y derrames cerebrales.

 

La diabetes es manejable.  Trabaja de cerca con tu endocrinólogo y desarrollen un plan de manejo de diabetes que incluya dieta, ejercicio y medicamentos que te ayuden a alcanzar tus metas de azúcar en la sangre.

DIABETES Y EL EMBARAZO

Muchas mujeres con diabetes pueden tener un embarazo y parto seguro si tienen el azúcar en su sangre bajo control desde antes de salir embarazadas.  Si tienes diabetes tipo 1 o tipo 2, es importante que mantengas un buen cuidado de tu salud antes y durante tu embarazo. Si ya tienes diabetes y deseas tener un bebé, hazte un chequeo completo de salud antes de salir embarazada.  Idealmente, tu pareja debe acompañarte y debes visitar a un equipo de profesionales de salud que debe incluir a tu endocrinólogo, un educador en diabetes, un nutricionista y un obstetra.    En estas visitas, el equipo de salud te aconsejará en las siguientes áreas:

 

  • Glucosa en la sangre – Durante tu embarazo, probablemente tengas que verificar tu azúcar en la sangre más frecuentemente que cómo lo hacías antes de salir embarazada.  Verifica tu azúcar en la sangre tanto como tu médico te lo recomiende.
  • Insulina – Es posible que requieras usar insulina durante tu embarazo, aún si tienes diabetes tipo 2.  En algunas ocasiones, utilizar una bomba de insulina es lo más adecuado.   Si ya usas una bomba de insulina antes de salir embarazada, debes continuar usándola.
  • Nutrición – Un plan alimenticio saludable, diseñado especialmente para tus necesidades te asegura que recibas los nutrientes que tú y tu bebé necesitan.  También te ayudan a que aumentes la cantidad de peso necesaria mientras controlas el azúcar en tu sangre.
  • Vitaminas – Pregúntale a tu doctor qué vitaminas prenatales necesitas, incluyendo acido fólico, que minimiza el riesgo  de que tu bebé nazca con defectos cerebrales o de médula espinal.

 

También debes aprender qué debes hacer antes de salir embarazada para que tengas las mejores probabilidades de tener un bebé saludable.  Los expertos recomiendan:

 

  • Hazte un examen de la vista – Visita un oftalmólogo para que te asegures de no tener retinopatía diabética, glaucoma o cataratas.
  • Controla tu presión arterial – Tu presión debe ser normal o bastante cerca de lo normal. La presión arterial alta les afecta a ti y a tu feto.  Las mujeres embarazadas que tienen presión arterial alta están más propensas a tener un bebé con defectos de nacimiento, a abortar, a tener partos prematuros, a necesitar cesáreas o a tener partos difíciles.
  • Rebaja si estás sobrepeso u obesa antes de salir embarazada.
  • Pregunta a tu doctor si debes dejar de tomar algún medicamento o si debes cambiarlo – Algunos medicamentos pueden no ser seguros para un bebé en desarrollo.

 

Puedes asegurarte que tu bebé y tú misma estén saludables.  Coopera con tu endocrinólogo y obstetra para obtener el cuidado médico apropiado antes, durante y después de tu embarazo. Con la debida planificación, el cuidado médico apropiado y cuidándote bien a ti misma, puedes tener un embarazo seguro y un bebé saludable.

 

 

Algunas mujeres desarrollan una condición temporera en su embarazo llamado diabetes de gestación.  Las mujeres con diabetes de gestación también necesitan cuidado especial durante su embarazo.  Visita un endocrinólogo y conoce cómo puedes manejar mejor esta condición.

 

TIROIDES

La tiroides es una pequeña glándula en forma de mariposa localizada en la parte del frente de tu cuello. Las hormonas de la tiroides ayudan a todos tus órganos a funcionar correctamente y a controlar cómo tu cuerpo usa la comida para producir energía.  Estas hormonas afectan el ritmo de tu metabolismo, lo que significa cuán rápido o lento funciona tu cerebro, corazón, músculos, hígado y demás partes del cuerpo.

 

Si tu cuerpo funciona muy rápido o muy lento, no te sientes bien.  Cuando la tiroides no produce suficiente hormonas, se le llama hipotiroidismo.  Eso es cuando algunas partes de tu cuerpo funcionan muy lento.    Cuando esto sucede, te sientes cansado, sientes frío aún cuando otras personas se sienten cómodas con la temperatura, tienes el pulso lento, la piel reseca, estreñimiento y aumentas de peso aún cuando no estás comiendo más o ejercitándote menos de lo usual.

 

Cuando la tiroides produce más hormonas de lo necesario, se le llama hipertiroidismo.  Cuando esto sucede, las personas se sienten nerviosas e irritables, tienen problemas concentrándose, se sienten con calor aún cuando otras personas sienten frío, aumenta el ritmo del corazón, tienen diarreas, problemas con el sueño y pierden peso sin esfuerzo.

 

La tiroides puede desarrollar un bulto o hinchazón conocido como nódulo.  Se puede agrandar  y ahí se le conoce como bocio o “goiter”, en inglés.  La mayoría de los nódulos son benignos, pero algunos pueden ser cancerosos.  El cáncer de la tiroides es raro y ocurre en aproximadamente 5% de los casos de nódulos de tiroides.

 

Cualquiera, incluso los bebés, puede tener problemas de tiroides.  Y los efectos de algunas de estas condiciones pueden ser desagradables e incómodas, pero la mayoría de los problemas de tiroides se pueden manejar fácilmente si se diagnostican y se tratan adecuadamente.

 

Visita a un endocrinólogo para recibir un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento que te hará sentir mucho mejor.

 

OSTEOPOROSIS

El hueso es tejido vivo que está constantemente en un proceso en que se está rompiendo y reparando a sí mismo.  La osteoporosis ocurre cuando la creación de hueso nuevo no es tan rápida como la remoción de hueso viejo.

 

La osteoporosis causa que los huesos se tornen débiles y frágiles – tanto que una caída o una presión leve como doblarse o toser puede provocar una fractura.    Estas fracturas son más comunes en la cadera, la muñeca o la columna vertebral. La osteoporosis afecta a los hombres y a las mujeres de cualquier raza, pero las mujeres blancas o asiáticas, especialmente después de la menopausia, están en mayor riesgo de desarrollarla. No hay síntomas en las primeras etapas de la pérdida de hueso, pero después que la osteoporosis está presente puedes tener síntomas como dolores de espalda ocasionados por vertebras fracturadas, pérdida de estatura, postura encorvada o fracturas de hueso que suceden con mucha más facilidad de los esperado.

 

 

La mayoría de las personas alcanzan su mayor punto de densidad ósea la primera mitad de la década de sus 20 años de edad.  Y en la medida en que envejecemos, la masa ósea se va perdiendo con más rapidez que la creamos.  La probabilidad de que desarrolles osteoporosis depende grandemente de cuánta masa ósea acumulaste en tu juventud.  A mayor cantidad de masa ósea que hayas desarrollado, la menos probabilidad que tienes de desarrollar osteoporosis cuando envejezcas.

 

Algunos de los factores de riesgo de la osteoporosis que están fuera de tu control son: Tu edad, tu género, raza, historial familiar y el tamaño de tu constitución física.  Si algún miembro de tu familia ha tenido osteoporosis y tienes constitución física pequeña estás en mayor riesgo porque posiblemente tengas menos masa ósea desde el principio.

 

Existen otros factores de riesgo relacionados a los niveles de tus hormonas, dieta, medicamentos y tu estilo de vida:

 

  • Los niveles bajos de hormonas sexuales, mucha hormona de tiroides o glándulas adrenales sobre activas tienden a debilitar el hueso.
  • Ingerir poco calcio, sufrir de anorexia o haber reducido el tamaño de tu estómago o alguna otra cirugía gastrointestinal, muchas veces afecta la habilidad del cuerpo de absorber nutrientes, incluyendo el calcio.
  • El uso prolongado de medicamentos corticosteroides, ya sean orales o inyectados, como la prednisona o la cortisona, interfieren con el proceso de reconstrucción del hueso.
  • Un estilo de vida sedentario, con poco ejercicio, exceso de consumo de alcohol y cigarrillo contribuyen a tener huesos débiles.

 

Aunque las mujeres mayores están en mayor riesgo de desarrollar osteoporosis, aproximadamente el 20% de las personas en Estados Unidos diagnosticadas con osteoporosis y osteopenia son hombres.  Los hombres tienen de 2 a 3 veces más probabilidades de morir después de una fractura de cadera.  Así que chicos…  tienen que tomar la osteoporosis en serio.

 

Posiblemente desees hablar con tu endocrinólogo sobre la osteoporosis si estás pasando por menopausia temprana, tomaste corticosteroides por un lapso de varios meses corridos o si alguno de tus papás ha tenido fracturas de la cadera.

 

ANDROPAUSIA

La testosterona es una hormona.  Es lo que pone el pelo en el pecho de los hombres y la fuerza detrás de su deseo sexual.  En resumen, es lo que hace a un hombre…  hombre. Durante la pubertad, la testosterona ayuda a desarrollar los músculos del hombre, pone su voz más gruesa y aumenta el tamaño de su pene y testículos.  En la adultez, mantiene los músculos y huesos fuertes y mantiene su interés en el sexo. La testosterona es responsable del crecimiento normal y del desarrollo de la próstata, pero también  controla el estado de ánimo, los niveles de energía, la densidad ósea, los cambios en masa muscular y la distribución de grasa en el hombre.

 

El hipogonadismo es una condición que comúnmente se le llama andropausia o la “menopausia masculina”, refiriéndose a cuando los hombres experimentan una baja en ya sea, la producción de testosterona, esperma o ambas. Los niveles de testosterona en los hombres van disminuyendo poco a poco naturalmente.  Pero cuando disminuyen más rápido de lo debido, los hombres pueden experimentar una variedad de síntomas:

 

  • Disminución del deseo sexual – La testosterona juega un papel importante en la libido del hombre y puede interferir con la erección y llegar al orgasmo.
  • Disminución en los niveles de semen -  A mayor cantidad de testosterona que un hombre tiene, más es la cantidad de semen que produce.  Hombres con niveles bajos de testosterona notan una menor cantidad de volumen de esperma durante su eyaculación.
  • Pérdida de cabello – La testosterona juega un papel en la producción de cabello y vello y bajos niveles  se reflejan con menos cantidad de cabello y vello en su cuerpo.
  • Fatiga y menos energía en general
  • Pérdida de masa muscular u ósea – Aún cuando hacen ejercicios de resistencia y pesas, puede ser difícil adquirir o mantener masa muscular.  También los huesos se tornan más frágiles, débiles y más propensos a fracturas.
  • Cambios en el estado de ánimo – La testosterona aumenta el estado de ánimo y la capacidad mental en los hombres.  Niveles bajos de testosterona producen depresión, irritabilidad y dificultad para enfocarse.

 

Es importante evaluar si la causa de los niveles de testosterona bajos es simplemente debido al proceso normal de envejecimiento,  a causa de otra condición de salud  o si es realmente a causa de hipogonadismo.

 

Las terapias de reemplazo de testosterona son bastante comunes y pueden brindarle al paciente muchos beneficios.  Algunas personas pueden hasta considerarlas como la mejor fórmula masculina para retardar el envejecimiento. Los pacientes que están en terapia de reemplazo de testosterona experimentan un aumento en sus niveles de energía, menos irritabilidad y depresión, más motivación, mejora en la masa muscular, disminución en la grasa corporal y aumento en su deseo sexual. Pero existen riesgos que tú y tu endocrinólogo deben evaluar en conjunto.  Por ejemplo, la terapia de reemplazo de testosterona no está recomendada en hombres con próstata agrandada y puede aumentar la cantidad de glóbulos rojos, que aumentan la probabilidad de desarrollar coágulos en la sangre, ataques al corazón, derrames, entre otros.

 

Es importante que sepas que algunos de los síntomas de niveles bajos de testosterona son parte del proceso natural de envejecimiento.  Otros pueden ser provocados por otros factores subyacentes, incluyendo efectos secundarios de algunos medicamentos, problemas de la tiroides, depresión y el consumo excesivo de alcohol. Un endocrinólogo puede ayudarte a diagnosticar adecuadamente el hipogonadismo o la causa potencial de los síntomas que puedas estar experimentando.

PITUITARIA

La glándula pituitaria es un órgano pequeñito, como del tamaño de un guisante, localizada en la base del cerebro, justo detrás de tu nariz.    Se le refiere con frecuencia como la “glándula maestra” porque controla muchas de las funciones de otras glándulas. Esta pequeña glándula es responsable de producir y almacenar muchas hormonas diferentes.  Aunque es pequeña en tamaño, la parte frontal de la pituitaria es responsable de ciertas hormonas y la parte de atrás es responsable de otras.

 

Las siguientes hormonas se producen en la parte frontal de la pituitaria:

 

  • Prolactina – Estimula la producción de leche materna después del parto.
  • Hormona del Crecimiento – GH, conocida por sus siglas en inglés, estimula el crecimiento durante la infancia pero también es importante en los adultos ya que mantiene la masa muscular, masa ósea y la distribución de grasa en el cuerpo.
  • Adrenocorticotropina – La ACTH, por sus siglas en inglés, ayuda a mantener los niveles de presión arterial y de azúcar en la sangre.  Se produce en grandes cantidades cuando estamos en tensión o estrés.
  • Hormona Estimulante de Tiroides – La TSH, por sus siglas en inglés, estimula la glándula tiroides a producir sus hormonas que regulan el metabolismo, el balance de energía, el crecimiento y la actividad del sistema nervioso.
  • Hormona Luteinizante – La LH, por sus siglas en inglés, estimula la producción de testosterona en el hombre y la ovulación en las mujeres.
  • Hormona foliculoestimulante – La FSH, por sus siglas en inglés, promueve la producción de esperma en los hombres y en las mujeres a que los ovarios produzcan estrógeno y óvulos.

 

Las siguientes hormonas se almacenan en la parte de atrás de la glándula pituitaria:

 

  • Hormona Antiduirética – La ADH, por sus siglas en inglés,  regula el balance de agua en nuestro cuerpo.  Conserva la cantidad de agua reduciendo la cantidad de agua que perdemos en la orina.
  • Oxitocina – Esta hormona hace que la leche materna fluya de los senos en las mujeres lactantes.  También puede que ayude en el proceso del parto.   Últimamente, se le ha llamado también como la “hormona del amor” ya que algunos investigadores han comenzado a descubrir sus efectos en el comportamiento, incluyendo su rol en el enamoramiento.

 

 

El desorden más común de la pituitaria es un crecimiento benigno, conocido como un tumor o adenoma.  Estos crecimientos son bastante comunes en los adultos.  No son considerados tumores cerebrales y en su mayoría no son cancerosos. Estos crecimientos de la pituitaria pueden ser secretores, que significa que producen mucho de una hormona normalmente producida por la pituitaria.  Los crecimientos no-secretores, por el contrario, no producen muchas cantidades de alguna de las hormonas pituitarias.

 

Visita a un endocrinólogo para que puedas recibir un diagnóstico preciso de tus síntomas o condición.

 

PCOS

El síndrome de ovario poliquístico es un desorden hormonal común entre niñas y mujeres, especialmente en sus años reproductivos.  Las mujeres con PCOS, como se le conoce por sus siglas en inglés, producen más cantidad de las hormonas masculinas, como la testosterona, que mujeres que no padecen la condición.

 

Las características del PCOS pueden ser que experimenten menstruaciones irregulares, mucho vello en el cuerpo y la cara y que tienen una gran cantidad de folículos en los ovarios.  Muchos de estos folículos parecen quistes, y de ahí es que nace el término “poliquístico”. El PCOS tiende a estar presente en mujeres obesas y en niñas con historial familiar de PCOS.  Muchas mujeres con PCOS también tienen mucha insulina en su cuerpo porque la insulina no funciona tan bien como debiera.

 

Algunas de las señales o síntomas del PCOS son:

 

  • Menstruaciones irregulares
  • Menstruaciones muy copiosas o muy livianas
  • Infertilidad o dificultad de salir embarazada
  • Exceso de vello indeseado en la cara, pecho, espalda, manos, brazos, muslos y alrededor del pezón.
  • Afinamiento del cabello en el cuero cabelludo
  • Aumento de peso u obesidad, especialmente alrededor de la cintura
  • Acné en el pecho, espalda o cara
  • Verruguitas en la piel de tu cuello y las axilas
  • Dificultades del sueño
  • Depresión o ansiedad

 

Las  adolescentes y mujeres con PCOS también están más en riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, presión arterial alta y colesterol alto. No hay ninguna prueba para detectar o diagnosticar PCOS.  Muchas veces pruebas de sangre son necesarias para medir los niveles de hormonas. Antes de que un doctor diagnostique PCOS, tienen que primero descartar o excluir otras condiciones con síntomas similares, por eso la llaman a veces como que es un “diagnóstico de exclusión”.

 

Es importante que visites a un endocrinólogo, un experto en hormonas, para que te ayude a diagnosticar correctamente tus síntomas y que te pueda proveer con el cuidado específico que necesitas.

Aunque no hay una “cura” para el PCOS, los cambios en tu estilo de vida y ciertos tratamientos pueden ayudarte con tus síntomas y poner tus hormonas en el balance correcto.

TRANSICIÓN A UN ENDOCRINÓLOGO DE ADULTO

Si tú o tu hijo/a fueron diagnosticados con Diabetes Tipo 1 cuando niños, llegará el momento en que haya que hacer la transición de un endocrinólogo pediátrico a uno de adultos.

 

La Diabetes Tipo 1 es una condición crónica de por vida y los jóvenes que la padecen y sus familiares tienen que aprender a vivir con ella.  Cuando los pacientes se diagnostican a una edad temprana, sus padres son los que se responsabilizan mayormente por el cuidado diario de sus hijos.  Pero en la medida que ellos crecen y se convierten en jóvenes adultos con diabetes tipo 1, ellos deben ir aprendiendo a crear una estructura de comportamientos saludables en torno a la diabetes – comprometiéndose a chequearse ellos mismos, prestar atención a lo que comen, ejercitarse, entre otros – para que así se conviertan en hábitos que duren por muchos años.

 

Los jóvenes adultos usualmente comienzan a manejar su diabetes ellos mismos entre los 18 y 25 años.  En muchos casos, cuando el adolescente se muda de la casa de sus padres o se va a estudiar universidad.  Mientras más temprano se haga es mejor…  no quieres llegar al verano antes de irte a la universidad para darte cuenta que no estás preparado para afrontar esta nueva etapa de tu vida.

 

Desde temprano, los padres pueden animar a sus hijos a hacer preguntas durante las citas médicas. Así irán entendiendo que algún día usted no estará allí para preguntar por ellos o para interpretar la información que se les da.  Si un niño aprende desde chiquito a tener un rol activo en su cuidado médico, no será un proceso tan intimidante después.

 

Pero la parte más abrumadora en esta transición es definitivamente el momento en que cambias de médico completamente.  Posiblemente han estado con el mismo endocrinólogo pediátrico por años y ya tienen una relación estrecha.  Tienes que prepararte para este próximo paso… es un reto y no hay un librito de instrucciones que pueda hacer el proceso más llevadero.

 

Algo que puede ayudar es que la Dra. Rodríguez fue paciente pediátrica de Diabetes Tipo 1.  Ella fue diagnosticada cuando tenía 15 años – por ende, conoce bien lo que se siente ser diagnosticada, hacer la transición con un médico de adultos, manejar la diabetes por ella misma y eventualmente ir a escuela de medicina para convertirse en endocrinóloga. Ella entiende la importancia de hacer una transición sin contratiempos – una que brinde confianza tanto al joven como a sus padres.

 

 

¿Por qué es importante hacer una buena transición a un endocrinólogo de adultos lo antes posible?

 

Si ir de que un padre maneje el día a día de la diabetes de su hijo a que sea el mismo paciente quien lo haga no se maneja adecuadamente, puede tener consecuencias a largo plazo.  Si los niveles de glucosa de un paciente adolescente no se mantienen dentro de los niveles recomendados por cierto tiempo, las primeras señales de complicaciones asociadas a la diabetes pueden ir viéndose a mediados de sus 20s, como enfermedades del corazón o problemas de la visión.

 

No queremos meterle miedo a nadie, pero los estudios indican que todas las distracciones en la vida de un joven muchas veces interfieren con el buen manejo de la diabetes.  Los retos de los estudios y/o el trabajo muchas veces toman más importancia que el cuidado de la diabetes.  Pacientes jóvenes se arriesgan a desentenderse de su cuidado y le dan paso a complicaciones que pueden pasar desapercibidas sin el debido seguimiento y cernimiento.  El control de la diabetes es menor cuando los pacientes no entienden o no participan de su cuidado activamente.

 

El riesgo es que el cuidado pediátrico tiende a ser más abarcador y se enfoca en cómo ajustar la diabetes dentro del estilo de vida del niño y su familia.   En el cuidado adulto, el enfoque es en el individuo, quien puede ser informado y se espera que tome sus propias decisiones sobre su comportamiento o tratamientos.  Los endocrinólogos de adultos siguen unas directrices específicas diseñadas para atender las complicaciones de la diabetes, algo que un médico pediátrico maneja con poca frecuencia.  El cuidado continuo de la diabetes ayuda a reducir la necesidad de hospitalizaciones costosas y provee intervención temprana de complicaciones crónicas que optimizan la salud del paciente a largo plazo.

 

Cuando estés listo para independizarte en cuanto al monitoreo de tu diabetes y hacer la transición para un endocrinólogo de adultos, la Dra. Rodríguez y la comunidad de diabetes están aquí para ayudarte.  No estás sólo… estamos contigo.

 

Habla con tu endocrinólogo pediátrico sobre tu interés en comenzar el proceso de transición y haz una cita para entender nuestra filosofía sobre el cuidado y manejo de la diabetes.  Considéralo como una entrevista para entender si nuestro estilo se alinea con el tuyo.

 

Estamos aquí para alentarte y ayudarte a pasarle el batón a tu hijo/a y ayudarlo a tomar más responsabilidad de su salud.

 

 

¿Qué tengo que hacer diferente cuando cambie a verme con un endocrinólogo de adultos?

 

Si eres un adolescente con diabetes Tipo 1, llegará el día que tengas que tomar la responsabilidad de manejar tu diabetes – sin la ayuda de tus padres.

 

En la medida que vas independizándote, necesitarás saber cómo chequear tus niveles de azúcar en la sangre, qué comer, cuando cuidarte de manera especial, entre las muchas responsabilidades que vienen con convertirse en un joven adulto.  Un buen momento para comenzar es cuando estás en tu tercer o cuarto año de escuela superior.  Ya para este tiempo eres más independiente y puedes comenzar a responsabilizarte de algunas cosas que antes se encargaban tus padres.

 

Es importante que comiences la relación con un endocrinólogo de adultos temprano para así ir aprendiendo lo necesario para evitar complicaciones creadas por el mal manejo de la diabetes.  La diabetes es una condición crónica, para toda la vida y tienes que aprender a vivir con ella…

 

Cuando aceptas vivir con diabetes puedes establecer unos objetivos claros y firmes sobre tu cuidado.  Los jóvenes muchas veces se sienten abrumados con  el régimen que implica la diabetes y a veces se sienten culpables cuando se descarrilan o se preocupan por el futuro y sus posibles complicaciones.  Tranquilo…  no es necesario que te preocupes tanto.  Con la información y el enfoque apropiado, puedes vivir una vida larga, feliz, saludable y productiva con tu diabetes tipo 1.

 

Aquí tienes una lista de cosas que debes poder hacer y discutir con tu médico por tu cuenta para tener éxito en el manejo de tu diabetes:

 

  • Hacer tus citas médicas y asistir a ellas por tu cuenta
  • Dar tu historial médico
  • Ajustar tus niveles de insulina dependiendo tus niveles de glucosa y los carbohidratos que ingieres
  • Monitorear diariamente tus niveles de glucosa
  • Entender cómo el ejercicio y el consumo de alcohol afectan tus niveles de azúcar en la sangre
  • Entender los síntomas de tener el azúcar bajita y como afecta tu capacidad de conducir y realizar otras actividades
  • Ordenar insulina, tiritas, etc.
  • Entender las complicaciones a largo plazo de la diabetes tipo 1.

 

Mientras más sepas de tu diabetes, más preparado te sentirás para ser un paciente comprometido y saludable.  Aumenta tu confianza poco a poco en tus años de escuela superior y verás los beneficios cuando te vayas a la universidad y hagas la transición responsable al cuidado adulto de diabetes.

 

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